Durante tres días un equipo de auditores externos de la Certificadora Internacional SGS examinó todos los procesos que ejecuta el Aeropuerto Ecológico de Galápagos para verificar que se cumplan todos los requisitos del Sistema de Gestión Ambiental.

El equipo auditor revisó los procedimientos, los recursos y las evidencias del cumplimiento de todos los pasos previstos en el Sistema de Gestión Ambiental. Al final evalúan lo encontrado y determinan si se necesita mejorar algún aspecto de la operación.

Denisse Espinoza, auditora líder de la Certificadora SGS, indicó que luego de la rigurosa revisión no encontró ninguna no conformidad; es decir, ningún procedimiento que no se ajuste a la normativa del Sistema de Gestión Ambiental. Con este resultado, ECOGAL puede mantener la certificación ISO 14001-2015, tal como lo ha hecho desde el 2020.

Lo que sí encontró el equipo fueron oportunidades de mejora, que es uno de los objetivos de los sistemas de gestión. Este perfeccionamiento constante es uno de los compromisos de ECOGAL para así mantener una operación sostenible en el primer Patrimonio Natural de la Humanidad.

“Las certificaciones de los sistemas de gestión no son obligatorias, no existe un requisito legal que exija este tipo de aval; pero son una muestra del compromiso de las empresas con la gestión ambiental, con el cumplimiento de estándares de nivel mundial”, puntualiza Espinoza.

Esta responsabilidad de cuidar el entorno único de Galápagos se potencia con la herramienta del Sistema de Gestión Ambiental que se aplica en el Primer Aeropuerto Ecológico del Mundo. El objetivo es alcanzar la excelencia en toda la operación, en especial en las labores que generan impactos en el ambiente.

Para el personal de ECOGAL la aplicación de los controles ambientales va más allá del cumplimiento de una norma; para todos quienes hacemos la empresa, el cuidado del entorno es un compromiso personal al trabajar en Galápagos, un área protegida del Ecuador.